Jeroh Juan Montilla
En el último número de la revista de los Annales del año 1958, Fernand Braudel publica un artículo titulado “Historia y ciencias sociales. La larga duración”, este texto, clave en el hacer historiográfico contemporáneo contiene una visión de la temporalidad de carácter fundamental a la hora de darle un vuelco metodológico a la visión de lo temporal dentro del mundo de los aconteceres históricos.
Según Braudel existen tres tiempos y tres niveles distintos de la historia: la larga duración de lo estructural, dado dentro de “ciertos marcos geográficos, ciertas realidades biológicas, ciertos límites de productividad, y hasta determinadas coacciones espirituales”. Un tiempo medio , apoyado en lo coyuntural, el cual tomó como marco ”una curva de precios, una progresión demográfica, el movimiento de salarios, las variaciones de tasas de interés” Y un tiempo corto, medido por los acontecimientos. Es decir la larga, mediana y corta duración. Cada una inserta en la otra y con distintas velocidades de duración.
Esta visión le surge a Braudel dentro de un campo de prisioneros en los años de la Segunda Guerra Mundial. El autor capta que vive un tiempo de conflagración altamente saturado de acontecimientos, donde el día a día de una situación límite como la guerra colma con su profusión de sucesos los días angustiados de sus participantes. Para Braudel la visión de la larga duración fue un modo de superar el ahogo existencial que provocaba en él los episodios inmediatos de la guerra.
Viendo esto resulta interesante someter a la visión historiográfica de Mario Briceño Iragorry al marco metodológico de estos tres tiempos braudelianos, eso si, estableciendo antes los parámetros pertinentes de medida de esta triple temporalidad. Según Nory Rondón Albornoz (1992) Briceño Iragorry funda su discurso histórico en tres categorías: pueblo, tradición y nacionalismo, junto a dos subcategorías como hispanismo y anti-imperialismo. Entendiendo que la primera categoría genera la segunda y que la idea de nación se enlaza a estas dos categorías mencionadas.
También Briceño Iragorry en su obra intenta establecer una periodificación del hacer historiográfico en el país. Lo divide en tres ciclos: el de la conquista y la colonia, el heroico y el científico. Este último lo subdivide en a) El estudio del hombre primitivo venezolano, b) La historiografía con consulta documental, c) La revisión crítica del proceso anterior a la independencia y la aplicación de las ideas positivistas en la interpretación del hecho histórico venezolano, d) La publicación oficial de grandes colecciones documentales, e) Las tentativas de organización archivística, f) El neo-revisionismo contemporáneo.
Habría que aplicar entonces la visión de los tres tiempos a este hacer historiográfico analizando hasta donde las periodificaciones de la historia del país se ajustan al esquema braudeliano. Ver hasta donde son reales las rupturas históricas venezolanas. Tocar si verdaderamente lo colonial se desmontó como estructura mental o mentalidad dominante en el imaginario histórico venezolano. Que hay de estructural, cuales son las coyunturas vitales y que acontecimientos sobre saturan tanto la historia como historiográfico venezolano.
BIBLIOGRAFIA
AGUIRRE ROJAS, Carlos (1997) Braudel a debate. Caracas: Fondo Editorial Tropykos.
BRICEÑO-IRAGORRY, Mario (1972) Introducción y defensa de nuestra historia. Caracas: Monte Ávila Editores.
RONDON ALBORNOZ, Nory (1992) Mario Briceño Iragorry, una visión de nuestra historia nacional. Caracas: Ipasme.
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